“Rock progresivo para mentes enfermas”, así celebraba Popular 1 a Tool allá en la segunda mitad de los años 90’s con un artículo sobre la banda mostrando la inquietante imagen de su cantante, Maynard Keenan disfrazado de “algo”. De entre toda la vorágine grunge surgieron dos formaciones que rompieron con el estilo dominante ofreciendo propuestas mucho más extremas e intensas: Marlyn Manson y Tool. Cada uno, a su forma, escribió algunos de los momentos más grandes de aquella época.
Tool venían de grabar su primer disco. Undertow representaba ya de por sí un enorme avance respecto al Ep Opiate. Undertow fue el disco con el que muchos en este país los conocimos. 1993, 19 años, vorágine grunge y Tool aparecen en tu vida… La angustia existencial adolescente encuentra su banda sonora perfecta. Si buscas luz escuchas a Blind Melon, si quieres fiereza Nirvana y Pearl Jam, pero si lo que buscas es dejarte la cabeza entre inverosímiles vericuetos emocionales musicados… Tool son tu banda. El shock fue considerable. De entrada parecía que no sería mucho más que la banda en la que aparecía Henry Rollins, una poderosa sorpresa aparentemente surgida de la nada, con temas como Sober (la banda española que todos conocéis no se puso el nombre por esta canción… -risas-) que ya de por sí justifican toda una carrera. Pero el resto del disco roza la perfección. Si no hubiera existido Ænima, Undertow se habría quedado en los anales de la historia como una obra cumbre. No hay duda que lo que vino después ensombreció todo lo hecho hasta ese momento.
Ænima… Qué decir. Uno de los discos más importantes de mi vida, sin duda. La cinta en la que lo tenía grabado la quemé en aquella época. Escucharlo mientras caminaba por aquel Madrid era toda una experiencia. Esas interminables caminatas, esos viajes fríos y eternos en el metro… cobraban una vida distinta con Ænima de banda sonora, algo así afecta inevitablemente su percepción de lo que ves. Ya de entrada el envoltorio te adelanta que lo que tienes entre manos no es un artefacto normal. Una caratula con distintas ilustraciones en su interior que te permiten cambiar la portada a tu gusto, que en una primera tirada venía con la portada de plástico con un relieve especial que permitía que, al mover el cd, las imágenes se movieran. Imágenes de por sí surrealistas y oníricas que recreaban ambientes fantasmagóricos y opresivos cobraban vida sin haber comenzado a escuchar la música. La música… si comienzas un disco con “Stinkfist” ya podrías prescindir del resto, como le sucedió a un amigo, que se quedó realmente clavado en ese primer corte durante meses, poniéndola una y otra vez en un bucle infinito. Una canción que fue single y que no hizo mucho ruido. Algo normal (en USA) si le pones de título a tu primer single el nombre de la práctica de introducir un puño por el culo.
Una vez que consigues superar ese primer tema, “Eulogy” te lleva al infierno, retorcido, sucio, pero poderoso. La banda suena imbatible, Keenan canta con las entrañas porque tus entrañas es lo que pretende remover. Las guitarras, el doble bombo, los sonidos… Todo encaja. “H.” sigue produciéndonos vértigo, a veces sedosa, a veces áspera, la música de Tool parece que tiene vida propia y esta canción es un fiel reflejo de ello, subidas, bajadas, tensión, calma, dolor, belleza… Podríamos desmembrar el disco canción a canción pero es absurdo, Ænima es una experiencia conjunta difícilmente divisible, sus canciones tienen sentido por sí solas (ha sido la primera vez que me he puesto el disco en mi mp3 y efectivamente cada canción es un sub-mundo particular), pero es en su conjunto como adquieren toda su dimensión. Escuchar “Hooker with a Penis” es maravillosamente desasosegante, pero hacerlo entre los extraños sonidos que introducen entre canciones, con todo el cargamento emocional del disco… es otra historia.
Y no puedo dejar de hablar de uno de mis momentos favoritos, “Ænima”, la canción. Keenan parece exhausto, exhausto de este mundo, del ser humano, de la propia existencia, de este viaje en el que somos ovejas de un rebaño perdido. Predice el final de california como símbolo, un maremoto (que se puede observar en el juego de carátulas y la cubierta de los efectos) reducirá todo a la nada, aprende a nadar, nos veremos en la bahía de Arizona… olvídate de tu coche, de tu nómina, de tu antidepresivo… que se jodan todos (mientras el propio keenan grita “aprende a nadar… aprende a nadar!!!”).
Time to bring it down again.
Don't just call me pessimist.
Try and read between the lines.
I can't imagine why you wouldn't
Welcome any change, my friend.
I wanna see it all come down.
suck it down… flush it down…
20 años y sigue pareciéndome una obra maestro dura y corrosiva, enfermiza y sanadora a la vez. Un disco del que no puedes abusar, porque corres el peligro de acabar entre los vericuetos mentales del amigo Keenan. Ænima, obra cumbre, ahora sí de Tool, porque nada volvió a ser lo mismo. Lateralus fue un digno sucesor pero a otro nivel. Yo pude verlos entonces en la Riviera, con 40º de fiebre, lo que hizo que la experiencia fuera aún más extraña. En 2006 llegaría 10.000 Days que supuso la primera decepción. Keenan dejaría de lado su banda madre y se centraría en A Perfect Circle, un proyecto arty que no se podría comparar jamás con Tool, del que yo personalmente solo he podido rescatar "Judith", single de su primer disco.
Nunca volverán a sacar nada ni de lejos tan bueno, eso está claro. Keenan vive una vida mucho más feliz, rodeado de sus viñedos y sus vinos, no necesita bucear en su psique. Pero nunca perderé la esperanza de poder volver a verlos en directo.