A veces parecen una eternidad, y a veces parecen un suspiro, pero hoy hace 4 meses que se nos fué Inés y es imposible no tenerla más presente. Son las 12:49 y sobre esta hora salían los cirujanos con la cara desencajada pidiéndonos que nos sentáramos. Unos minutos antes (yo habría dicho que pasarán siglos pero deberion ser unos 30 minutos) nos habían avisado que no iba bien. Y ni tan bien. El shock que supuso todo, el verla después (no hay palabras), tener que negociar a los pocos minutos con una funeraria... el trayecto a Jerez desde Sevilla... la tarde ahogando el dolor en alcohol y tabaco... pero sobre todo el día siguiente... Todo eso es una carga con la que tengo que aprender a vivir, un extra que llevarás siempre dentro de ti. Desde entonces nada ha cambiado... o lo que ha cambiado todo, en realidad. Tu perspectiva de la vida, tu forma de disfrutar cada instante con Lucía (afortunadamente nunca se enteró de nada a sus tres años), el valor (o no) de las personas que tienes alrededor, el valor del dios al que te enseñaron a adorar (gracias por nada!) y su absurda iglesia, las lágrimas que vienen sin avisar... pero sobre todo esos tres meses con ella, a su lado, que tienen más valor para mí que cualquier otra cosa que pueda imaginar.
Cuatro meses y te seguimos echando de menos. Y cuanto...
3 comentarios:
Un abrazo Javi, es de admirar vuestro coraje.
Mucho ánimo, compañero!
Be strong & keep the faith!
Un abrazo.
Bonitas y emotivas palabras, Javistone.
Un abrazo y ánimo a los dos y un beso a tu Lucía.
Publicar un comentario