Esta mañana, como la mayoria de las mañanas de las últimas semanas, estaba pensando sobre la muerte, sobre el extraño proceder que tiene esta para elegir quien se marcha y quien no de esta extraña existencia que llamamos vida. Y hete aquí que al abrir internet me doy de bruces con una noticia que no podía esperarme jamás: James Gandolfini ha sufrido un infarto a los 51 años y nos ha dejado para siempre. Huelga decir que Tony Soprano forma parte indivisible de nuestras vidas y que su fallecimiento, al menos a mí, me duele tanto o más como si se hubiera ido un pariente.
Siempre comentaba que cómo era posible que cada vez tuviera más sobrepeso. En cada temporada de la serie (y de eso ya hacen unos años) se le veía más y más grande, y siempre dudaba de lo sano de su evolución, pero coño, era Tony Soprano! La última vez que le vi fué en Killing them softly, una correcta película en la que su aparición como reputado asesino a sueldo pasado de vueltas era de lejos lo mejor y más brillante del film.
Uno nunca olvidará su voz, ese acento italianizado, esos gestos...
Joder, se ha ido un amigo. Hasta siempre James...
3 comentarios:
Joder, vaya palo. Me he quedao de piedra. Desde luego que se va un amigo. DEP
Una verdaera lastima! El "bueno" de Tony se fue de verdad!
A+
Está todo el mundo en shock.
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