Últimamente me ha dado por revisar y ver con cierta perspectiva ese engendro que se conoce como “disco tributo”. Desde hace ya mucho es algo que, por alguna razón, se destila con mucha asiduidad. Recuerdo el primero que cayó en mis manos, hace unos veinte años, disco que rendía pleitesía a las canciones compuestas por Jagger/Richards. Una cinta que aún debo tener por ahí y que en realidad era una colección de las versiones que muchos artistas de los 60’s y 70’s habían realizado de las canciones de los Stones. Algo con clase y estilo, por cierto.
Sin embargo, en los 90’s el disco tributo comenzó a ser algo habitual. Demasiado habitual. Porque… ¿quién no se ha quedado helado cuando leído la lista de artistas que componen el susodicho disco homenaje? ¿Quién no se ha echado las manos a la cabeza al contemplar cómo se destroza innecesariamente un clásico cualquiera? “¡Qué te ha hecho la canción, desgraciado!” debe haber pensado más de uno… En inglés existe una diferencia de concepto, ya que se utiliza “version” cuando se está haciendo una copia exacta del original, y “cover” cuando la original es transformada y desarrollada a otro nivel y/o estilo. Y entonces, ¿qué es más recomendable, copiar el tema y calcarlo con la seguridad de que es poco probable que quedes mal… ó te arriesgas y llevas un tema soul al doom… con el riesgo de convertirte en un visionario… o en un chapucero? Complicado decirlo.
Aquí vamos a poner algunos de mis discos tributo favoritos, por las buenas y las desastrosas versiones que contienen, aunque desde luego podría poner alguno que otro más, como por ejemplo, el de Leonard Cohen, sentido en algunas versiones (Rufus Wainwright y Antony elevando las composiciones del canadiense), o cojeando en otras (Nick Cave patinando y el tonto de Pulp destrozando lo indestrozable), el de Gram Parsons, con alguna maravilla (Lucinda Williams y David Crosby emocionando con “Return of the graveous angel”) y con otros matándonos de aburrimiento (Elvis Costello, Beck…), y con nuestro ejemplo patrio con el (desastroso) tributo a Bunbury… que bueno, eso merecería un post a parte que ya os digo no me apetece demasiado.
Obviamente, meterse en la piel de los Zeppelin no es sencillo, y de entrada lo mínimo es reconocer la “valentía”, pero… ¿alguien me puedo explicar qué cojones pinta Maná en un disco que homenajea a Page y compañía… y que además es el que lo inicia? Pues eso. En general a todas las bandas se les ve forzados, como intimidados por el material, parece que se dan por contentos con salir del envite. Incluso nuestros queridos Blind Melon suenan poco convincentes. 4 Non Blondes, otros que chirrían un poco, lo intentan y se quedan a medias, Hootie & The Blowfish y Stone Temple Pilots aburren, y Tori “te hemos perdido” Amos se anima con el mismísimo Plant con una inquietante (en el buen sentido) “Down by the Seaside”, que nunca he entendido la rara costumbre de algunos músicos de salir en sus discos homenaje. Curiosamente, Sheryl Crow sale más que airosa con una enérgica “D'yer Mak'er” y Duran Duran con “Thank You”, ambas versiones llevadas a su estilo propio.
Un "tribute" excesivo, sin duda. Nada menos que veinte canciones lo conforman. Aquí la diferencia es brutal entre aquellos que juegan la misma liga de Iggy y los que no, los que han mamado realmente el punk o el rock de verdad. Porque si Joan Jett, NY Loose o D Generation se sienten cómodos trasladando su propia fuerza a los temas de la iguana, ya me diréis qué diablos pueden hacer con semejante material Nada Surf o… Sugar Ray!!! Porque si los Nada Surf intentan algo decente (sin conseguirlo) con I´m sick of you´… a Sugar Ray les viene grandísimo “Cold Metal”.
En cambio, si alguien reina por todo lo alto, llevando la canción a su terreno haciéndola sonar como si fuera un tema propio, dejándose el alma en ella son, obviamente, los jodidos Monster Magnet, con un poderosísimo “Gimme Danger” que te hiela la sangre. Una de mis versiones favoritas durante muchos, muchos años, junto a la de D Generation, que no se queda muy atrás.
En cambio, si alguien reina por todo lo alto, llevando la canción a su terreno haciéndola sonar como si fuera un tema propio, dejándose el alma en ella son, obviamente, los jodidos Monster Magnet, con un poderosísimo “Gimme Danger” que te hiela la sangre. Una de mis versiones favoritas durante muchos, muchos años, junto a la de D Generation, que no se queda muy atrás.
Curiosa colección de grabaciones, desde luego. Tenemos a gente que jamás debería haber aparecido en un homenaje de The Doors (Smash Mouth, Creed o Days of the New), algunos que repiten (The Cult o John Lee Hooker)… y apariciones de la propia banda homenajeada, con lo que tenemos un pastiche la mar de peculiar. Como siempre, el resultado es irregular, aunque al contrario que las canciones de los Zeppelin, estas parecen impresionar menos a los artistas. Momentos intensos, pues The Cult, claro, no es de extrañar que lo escogieran para aquellos nuevos The Doors, parece el hijo bastardo de Morrison, y como suele hacer, se deja el alma en cada nota que canta, menudo es el amigo Astbury, que no contento con repetir dos veces con la banda, firma “Touch me” en solitario. Y desde luego, lo que realmente chirría son esas estrambóticas mezclas entre original y añadidos… Lo de John Lee Hooker metido con calzador en “Roadhouse blues” es… terrorífico. A Perry Farrell también se le va la mano con el experimento, y lo de William Burroughs (sí, aparece también) es… otro mal sueño.
Ah… para cerrar el disco Days of the New (otros que repiten, se ve que no había suficientes bandas en el planeta dispuestas a versionar a The Doors) se atreven con “The End”. Más que prescindible su “relectura” del clásico. Pero qué huevos hay que tener, sí.
4. Stone free, a tribute to Jimi Hendrix (1993).
No, definitivamente un homenaje a Hendrix que comienza con The Cure no es buena idea. No tengo nada en contra de los chicos de Robert Smith, pero definitivamente se me hace raro de cojones. Al menos se la llevan a su campo, pero claro… Hendrix… sin guitarras de por medio… pues eso, rarito (como Robert, en efecto). En cualquier caso, en esta ocasión la elección de artistas es más coherente que en el de The Doors, aquí aparecen Clapton, Slash, Buddy Guy, Slash, Paul Rodgers, Jeff Beck o Chris Cornell. Apabullantes algunas, como las de Slash junto al cantante de Free, Jeff Beck con Seal y sobre todo la que cierra el disco del cantante de Soundgarden (mucho antes de la lobotomía, claro) con Slash y unos incendiarios Living Colour, que parecen haber nacido para interpretar “Crosstown traffic”. PM Dawn por cierto hacen una “You got me floatin” cojonuda, repleta de samplers con clase y un ritmazo burtal. ¿Bultos sospechosos? Claro, como no… The Pretenders (una de las peores formaciones de la historia) y unos tales Belly que… pfff… suenan a banda pop británica descafeinada.
En cualquier caso un disco más que digno, desde luego.
En cualquier caso un disco más que digno, desde luego.
5. We're A Happy Family - A Tribute to Ramones.
Para terminar el último disco tribute que cae en mis manos. En 2003 decidieron que era necesario un homenaje a la banda de NY. Bien, tomemos aire y respiremos hondo… ¿Realmente los Ramones necesitaban esto? Pues sí y no. ¿Es necesario que formaciones como los Red Hot Chili Peppers, Offspring, o The Pretenders (joder, otra vez ellos, no…) pongan sus asquerosas manos sobre algo tan valioso? Pues lo de siempre. Tenemos a versiones sentidas de gente como Eddie Vedder, dejándose el alma junto a Zeke en “I beleive in miracles” y una trepidante “Dytime dilema”; Rancid en su salsa con “Sheena is a punk rocker”, acelerando hasta el infinito; y unos U2 a medio gas haciendo que “Bet on the brat” suene a tema 100% glam. Aunque si este disco será recordado por generaciones venideras será sin lugar a duda por las versiones de, todos de pie, ¡KISS y Tom Waits!. No hay mucho que decir, KISS hacen de “Do you remember rock 'n' roll radio” algo propio y REVIENTAN tu reproductor, sencillamente insuperable. O no… porque lo de Waits es… de otro planeta. “Return of jackie & judy” parece haberla grabado desde una catacumba un lunes de resaca casi sin levantarse de la cama y con un brazo golpeando un bote de Colón… y aún así es la cosa más grande que he oído en mi vida.
Por desgracia, y para no ser menos, hay algunas cosas, digamos… evitables. Marylin Manson, el otrora reverendo aquí mata de asco con su pretenciosísima lectura de “The kkk took my baby away”. Posiblemente la peor de todas las que se han reseñado en este post. Y casi tan malo como matar de asco es matar de aburrimiento, y eso sucede con las interpretaciones de Garbage, Offspring (seguro que cambiaron algo?) o de Metallica, que parecen que tenían que cumplir, cobrar el cheque y seguir con otra cosa.
Por desgracia, y para no ser menos, hay algunas cosas, digamos… evitables. Marylin Manson, el otrora reverendo aquí mata de asco con su pretenciosísima lectura de “The kkk took my baby away”. Posiblemente la peor de todas las que se han reseñado en este post. Y casi tan malo como matar de asco es matar de aburrimiento, y eso sucede con las interpretaciones de Garbage, Offspring (seguro que cambiaron algo?) o de Metallica, que parecen que tenían que cumplir, cobrar el cheque y seguir con otra cosa.
¿Conclusión del ladrillo? Que siempre puedes encontrarte un par de buenas interpretaciones y que el resto pueden irse directamente al retrete.
6 comentarios:
Muy bueno, Javi!
Tenías ganas de escribir, eh? :)
No soy muy dado a estos inventos y de hecho de los que citas he escuchado sólo un par, pero uno que me parece bastante curioso es Nativity In Black, el tributo a Black Sabbath. Diría que es el único al que tengo verdadero aprecio.
Pero sí que es cierto que la mayoría son prescindibles, por decirlo de manera suave. :D
Saludos!
Mon
Pues justamente a mi me encanta esta clase de artefacto, me gusta escuchar temas conocidos por otros, algunos suoperan a veces el original y tienen algun enfoque diferente!
un abrazo
El de Zeppelin no hay por donde cogerlo, el de Iggy me gusta casi todo, yo incluso tengo un edición doble,del resto el de Hendrix tiene grandes momentos para mi.
Mr. Mondongo: jajaja... si tio, sí, tenia ganas de escribir y desvariar un rato, llevaba ya demasiado tiempo sin dedicarle nada al blog, no todo va a ser pañales y trabajo... Mira, el Nativity in black lo tenia en el grpo, pero... demasiado ladrillo ya, lo eliminé del post final, y sí, es cojonudo. Yo por aquel tiempo no controlaba demasiado a los sabbath y con ese disco me metí de lleno, sobre todo por el children of the grave tan salvaje de white zombie. Por cierto, el entrañable Ozzy se puso a despotricar de todas las bandas que habían participado y de las versiones que habían hecho, incluso en las que él mismo había participado! jaja... pero qué grande.
TSI: a pesar del tono negativo del post, a mi tambien me gustan estos discos, aunque haya morralla, encuentras siempre cosas interesantes. Por ejemplo, los discos de versiones de cohen o dylan suelen llevar las originales a otros niveles, es increible.
Ofersan: Totalmente de acuerdo. Pero el peor de todos es el de los doors, ese roadhouse blues con john lee hooker metido con calzador no tiene desperdicio...
Saludos!
Hostia,qué temazo el Gimme Danger por MM!!! Yo nunca he sido de escuchar mucho este tipo de discos, pero el de Iggy Pop tiene bastante buena pinta en su mayoría.
Lo de maná me sigue pareciendo escalofriant... y lo de Monster Magnet y Kiss, apabullante.
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