Otra reseña escrita para el Freek.
Viendo cómo se trata a los grandes músicos en este país, no puedo evitar acordarme de Johhny Cash y lo que Rick Rubin hizo al final de su vida: un ejercicio de masoquismo lapidario pero lleno de admiración y profundo respeto por uno de los grandes de la música americana. Aquí, a los grandes ni se les recuerda ni se los respeta. Y Tony Luz es un grande como otro cualquiera, un tipo que lleva el rock & roll en sus genes y que lo sigue viviendo como si fuera un teenager. Las bandas que fueron el germen de la música pop y rock & roll de este país son auténticas desconocidas para la inmensa mayoría del rockero español, y eso, amigos, es trágico. Tony Luz estuvo en Los Pekenikes, y junto a Los Sirex o Los Brincos, son la base de todo lo que se ha venido haciendo desde entonces, igual que en los USA lo fueron los Byrds, por ejemplo. Y sí, como digo, ahí tenemos hoy en día a Tony Luz rockeando como un adolescente supurando pasión y entusiasmo en cada palabra que dice y en cada canción que interpreta con su guitarra. Porque eso es justo lo que vas a encontrar en el disco de los Silver Tones: pasión por el rock & roll, ¿se puede decir lo mismo de los actuales supuestos gurús del rock patrio? ¿Hay algo más allá del glamour barato de los grupos de moda en España? No lo creo. Un disco que homenajea en su título a Chet Atkins, que transpira música de garito pestilente, a surf, a hamburguesería vintage de los 50's... y con versión oscura de Buddy Holly incluida, debería ser de escucha obligada para todo rockero que se precie de serlo.
Una entretenidísima entrevista que les hicieron en El Sótano de Radio3.
1 comentario:
Aupa Tony Luz y todos musicos que merecen el mayor de los repetos,por cierto Tony es amigo de un colega mio
un abrazo
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