Adanowsky - El ídolo

A falta de algo mínimamente interesante qué decir, ahí va una reseña no publicada que escribí del disco que Adanowsky, hijo del chileno más famoso del mundo, publicó hace relativamente poco. Le puse un 3 sobre 5,... creo que me pasé... de bueno.

Es complicado tratar de reseñar una obra como esta. Lo he intentado, he tratado descifrar los designios de este disco sin caer en lo más fácil y recurrente, hacer referencia al ilustre padre del artista, que no es otro que Alejandro Jodorowsky,… pero no he podido. Y es que la sombra de Jodorowsky es demasiado alargada como para obviar unas connotaciones tan fuertes y evidentes. Conocido como el artista completo, el chileno se ha dado a conocer por sus tiras cómicas, como director, actor, guionista, fundador del arte pánico, sanador, tarotista, y en definitiva como el gurú trascendental del nuevo milenio. Entre sus enseñanzas se encuentra el desarrollo de uno mismo a través del poder curativo del arte como transmutación de la represión sexual del individuo. Y es esto justamente lo que uno piensa cuando escucha el disco de su hijo Adán, un discurrir mas o menos natural de la capacidad creativa de este a través de la música. ¿Y qué nos encontramos? El desarrollo artístico egótico tratando de salir a la superficie sin tapujos ni barreras. Adanowsky intenta, y a veces lo consigue, plasmar un presuntamente sofisticado mundo a medio camino entre el bolero y el cabaret francés, lo onírico y lo tangible, compensado sus limitaciones vocales con una orquestación exquisita y evocadora, música para un cabaret imaginario sin mayor luz que la que se vislumbra desde una copa medio vacía y el escenario repleto de humo.

A pesar del influjo del padre (o gracias a él) sin duda un interesante disco con personalidad propia.