The Stone Roses - The second coming

Una de las formaciones a reivindicar de finales del siglo pasado. Aparecieron poco antes de que llegasen los 90's provenientes de Manchester, y desde entonces nada volvió a ser lo mismo. Una década tan sombría y gris, especialmente en las islas, acabó con una revolución musical que solo sería superada desde entonces por el grunge de Seattle. Precisamente en 1989 sacaban su primer disco, The Stone Roses, que conjugaba pop y rock con sonidos bailables, baterías con ritmos machacones, guitarras afiladas y envolventes y una voz susurrante de una Ian Brown derrochando clase. El sonido "Manchester" se puso de moda, nadie antes había llegado tan lejos con la afrenta de unir rock y sonidos dance. Happy Mondays, Inspiral Carpets, Charlatans,... trataron de seguir el legado que los Stone Roses iniciaron, por que estos, después de, como digo, destrozar el panorama,... desaparecían completamente de la faz de la tierra. Quizá por eso, el movimiento se deshizo tan rápidamente y degeneró en movimientos mucho menos interesantes y pastilleros.

Sin embargo, a mediados de la siguiente década, cuando Kurt y compañía ya habían comenzado la última gran revolución musico-cultural de nuestra época, y cuando ya ni dios es cristo se acordaba de ellos, los Stone Roses volvían con su segundo disco (con el "original" nombre de The Second Coming) a dejar las cosas claras. Si el primer disco predominaba el sonido más pop y las guitarras se afliaban entonadas hacia sonidos más bailables, en esta ocasión el sonido se hace más crudo y duro, incluso más americanizado (no hay nada que les joda más a la prensa inglesa que uno de sus grupos fetiche miren hacia el otro continente). Temazos afilados como el inicial Breaking into Heaven o el trallazo de single Love spreads los llevan a otro nivel. Incluso los temas pop recuerdan más a artistas americanos de los 70's que a otra cosa, y eso evidentemente les dió una dimensión mucho mayor. ¿Y el dance? ¿Y los sonidos bailables? Bueno, los ritmos siguen ahí, las cadencias se mantienen, pero son menos llamativas. Otra cosa es que Begging you sea la demostración de que en las discotecas también podría sonar rock y la gente perdería igual el sentido bailando como poseídos, pero eso ya es otra historia.

Después de aquello los Stone Roses sí que desaparecieron definitivamente y sus componentes, sobre todo Ian Brown en solitario y el guitarrista John Squire con The Seahorses, intentaron mantener el nivel sin conseguirlo siquiera de lejos. Hay quien habla muy de vez en cuando de una posible reunión, pero yo, la verdad, prefiero las cosas como están, con el recuerdo de una de las últimas grandes bandas británicas, de cuando los ingleses aún tenían algo interesante que decir en el mundo de la música.