En el mundo de la música hay pocas verdades absolutas, pocos axiomas que se mantengan como certezas inamovibles. Si no fuera así habría un Quincy Jones o un Phil Spector en cada esquina haciendo que cualquier banda que eligiesen vendiera millones de copias. Sin embargo, sí es cierto que, indudablemente, hay algunas, como que en la música está prácticamente todo inventado, y que las modas son todas cíclicas.
Elvis bebía de los músicos de gospel y rythm n’ bles negros, los Rolling Stones son en esencia una banda de blues, y de los Zepellín ni os cuento. Hace unos quince años unos tipos de Seattle hacían un pastiche punk sucio y ruidoso, se puso de moda y se llamó grunge. Luego los ingleses comenzaron a copiar descaradamente a los Beatles y a las bandas de la british invasion y tuvieron a bien llamarlo en un arrebato de originalidad brit pop.
Total, que en estas estamos, este cochambroso nuevo milenio nos ha traído muy pocas buenas noticias, a parte del desmoronamiento de la industria musical. Pero he aquí que de repente aparece una niña londinense y le pega una buena patada al patético panorama musical sacando un pedazo de dinamita en forma de soul y jazz, hablando a todas horas de los sellos Stax y la Motown, llenándosele la boca mencionando a su diosa Sara Vaughan,... ¿Habrá conseguido que de repente todas las niñas y todos los MTV kids se conviertan a la religión del soul? Pues lo dudo, pero algo sí está pasando.
Solo dos ejemplos: Primero, Sharon Jones ha grabado un disco junto a los Dap Kings (la misma banda que contrató Amy) y pese a llevar décadas, ahora es cuando ha conseguido dar el salto internacional. A las pruebas me remito, “100 Days, 100 Nights” es actual, pero podría haberse grabado perfectamente hace 50 años.
Elvis bebía de los músicos de gospel y rythm n’ bles negros, los Rolling Stones son en esencia una banda de blues, y de los Zepellín ni os cuento. Hace unos quince años unos tipos de Seattle hacían un pastiche punk sucio y ruidoso, se puso de moda y se llamó grunge. Luego los ingleses comenzaron a copiar descaradamente a los Beatles y a las bandas de la british invasion y tuvieron a bien llamarlo en un arrebato de originalidad brit pop.
Total, que en estas estamos, este cochambroso nuevo milenio nos ha traído muy pocas buenas noticias, a parte del desmoronamiento de la industria musical. Pero he aquí que de repente aparece una niña londinense y le pega una buena patada al patético panorama musical sacando un pedazo de dinamita en forma de soul y jazz, hablando a todas horas de los sellos Stax y la Motown, llenándosele la boca mencionando a su diosa Sara Vaughan,... ¿Habrá conseguido que de repente todas las niñas y todos los MTV kids se conviertan a la religión del soul? Pues lo dudo, pero algo sí está pasando.
Solo dos ejemplos: Primero, Sharon Jones ha grabado un disco junto a los Dap Kings (la misma banda que contrató Amy) y pese a llevar décadas, ahora es cuando ha conseguido dar el salto internacional. A las pruebas me remito, “100 Days, 100 Nights” es actual, pero podría haberse grabado perfectamente hace 50 años.
Segundo, Duffy, galesa de veintipocos con un disco bajo el brazo (Rockferry) aporta otro soplo de aire fresco con su soul-jazz suntuoso y envolvente.
¿Volveremos a la época en la que una nueva Motown saque clásicos uno detrás de otro? Quien sabe.
2 comentarios:
Javi, te he puesto un enlace desde el Reino.
Un saludo.
F
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