En apenas unas semanas tenemos en nuestras manos los nuevos lanzamientos al mercado de tres grandes bandas, cada una con un pasado muy distinto, pero igual de importantes para muchos de nosotros: Hermano, The Cult y Monster Magnet, ahí es nada. Y bien, llevo ya un par de semanas escuchándolos y, joder, las primeras sensaciones fueron muy marcadas, distintas para cada caso, y con el paso de los días y de las distintas escuchas las impresiones han cambiado mucho. Vamos por partes.
Hermano -“Into the exam room”.
Todos sabemos que Josh Homme era el cerebro de Kyuss y que ahora está abandonado a sus pajas mentales y a un sorprendente (aunque merecido, el cabronazo tiene talento de sobra) éxito con los Queens of the Stone Age, y también sabemos que la fuerza y el carisma eran cosas del bueno de John Garcia. La extraña realidad es la sensación de que el nivel de sus bandas ha ido disminuyendo con el paso del tiempo. Slo Burn, la inmediata post-kyuss-band era un verdadero pelotazo de stoner rock sucio denso (la sensación al escuchar Pilot the dune era de estar tragándote la jodida arena del desierto) y directo a la cara, apenas un EP que nos dejó con ganas de muchísimo más. Luego con Unida consiguieron un disco (Coping with the urban coyote) que tenía muy buenos momentos y en los que el stoner parecía ir diluyéndose en forma de hard rock digamos, más convencional.
Más tarde, mucho más tarde, después de tirarse una temporada rodeado de sus animalitos (el cantante de Green machine es asistente de veterinaria) consiguió formar por primera vez algo parecido a un grupo, en todo el sentido de la palabra, estos Hermano con los que por primera vez vinieron a España. Su primer cd tenía buenos momentos en los que el hard rock predominaba casi por completo, hasta que en el segundo los restos del stoner eran ya historia y donde, precisamente, el nivel era bastante discreto. Todo esto sin dejar de decir que en directo arrasaron allá por donde fueron, y que en Madrid vi uno de los conciertos más atronadores que he presenciado, abrazo incluido a John (malditas pilas de la cámara) en el bus de gira.
Y bien, nos encontramos ahora con este disco y lo primero que sientes es que ya con la voz de Garcia no basta, si no hay canciones, no hay nada. Y efectivamente en este disco no hay gran cosa que echarse al oído. Si bien a las primeras escuchas el disco chirría bastante, hay que reconocer que una vez pasado el susto (uno no puede evitar esperar siempre lo mejor de sus ídolos) las canciones se hacen más llevaderas. Aquí no hay temas que dejan huella, y el sonido se parece por momentos a unos Audioslave (glups) algo más potentes, con la diferencia de que aquí al frente está un tipo que aún tiene pelotas y no parece sacado de un video de los backstreet boys.
Pero como digo, el disco (más bien él) se merece que le demos más oportunidades. Lo cierto es que si de entrada me hubiera impresionado un poco más posiblemente habría hecho el esfuerzo de subir a Madrid a verlo.
Más tarde, mucho más tarde, después de tirarse una temporada rodeado de sus animalitos (el cantante de Green machine es asistente de veterinaria) consiguió formar por primera vez algo parecido a un grupo, en todo el sentido de la palabra, estos Hermano con los que por primera vez vinieron a España. Su primer cd tenía buenos momentos en los que el hard rock predominaba casi por completo, hasta que en el segundo los restos del stoner eran ya historia y donde, precisamente, el nivel era bastante discreto. Todo esto sin dejar de decir que en directo arrasaron allá por donde fueron, y que en Madrid vi uno de los conciertos más atronadores que he presenciado, abrazo incluido a John (malditas pilas de la cámara) en el bus de gira.
Y bien, nos encontramos ahora con este disco y lo primero que sientes es que ya con la voz de Garcia no basta, si no hay canciones, no hay nada. Y efectivamente en este disco no hay gran cosa que echarse al oído. Si bien a las primeras escuchas el disco chirría bastante, hay que reconocer que una vez pasado el susto (uno no puede evitar esperar siempre lo mejor de sus ídolos) las canciones se hacen más llevaderas. Aquí no hay temas que dejan huella, y el sonido se parece por momentos a unos Audioslave (glups) algo más potentes, con la diferencia de que aquí al frente está un tipo que aún tiene pelotas y no parece sacado de un video de los backstreet boys.
Pero como digo, el disco (más bien él) se merece que le demos más oportunidades. Lo cierto es que si de entrada me hubiera impresionado un poco más posiblemente habría hecho el esfuerzo de subir a Madrid a verlo.
Videos decentes de Hermano o Unidad (de Slo Burn ni te cuento) mas bien pocos, así que joder, mejor que Kyuss NO HAY NADA.
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